domingo, 1 de febrero de 2015

tabúes II

Existo y luego pienso.

Sobre todo aquello que nos condiciona a vivir,
el cuerpo humano es una escultura
modelada, de diferentes colores,
texturas y sabores.
Es una partitura en clave de sol,
o de fa.
Y si lo tratamos como un tabú,
solo conseguiremos menos educación,
más degenerados, más dañados.
Así que, hablemos abiertamente,
enseñémonos,
aprendamos los unos de los otros,
juguemos con nuestras diferencias,
y mostremos que lo único que nos diferencia
al hombre y a la mujer,
es un mínimo detalle que se esconde entre nuestras piernas.
Y gritemos lo que somos,
y lo que pensamos ser.
Deshibemonos, encontremos a nuestro igual,
sin deshechar a aquel diferente,
destapemos trozos de piel prohibidos,
y no nos avergoncemos,
no tenemos motivos, todos somos perfectos,
todos. Absolutamente todos,
en nuestra diversidad,
en la gordura y la delgadez,
en nuestra entrega,
en el físico y en lo moral,
que tabúes ni que historias,
llegamos al mundo por un motivo,
de una forma,
de un amor o de una noche apasionada,
existimos para pensar,
pensamos para existir,
dejemos de juzgar, de tratar, de ridiculizar,
todos nosotros tenemos derecho a enseñarnos,
a mostrar nuestra perfección,
nuestro sexo,
nuestra obra de arte.
Nuestra escultura.
Tenemos derecho a marcar nuestros cánones de belleza,
aquellos que se adapten mejor.
Y quien quiera cerrar los ojos, vía libre.

Lo que más me duele es que la sociedad critica aquel que muestra su cuerpo pero no a aquel opresor que dictó que la desnudez era obscena y vulgar. 

4 comentarios:

Y tú, ¿opinas lo mismo que yo? ¿estás en desacuerdo?¿tienes un blog que quieres que visite? ¿te gusta, te disgusta? ¡Comenta y haz brillar mi sonrisa!