jueves, 26 de noviembre de 2015

invierno.

Ya no me da miedo marcharme de tu vida, ni de la mía.
Me he visto correr en multidud te ocasiones mientras tu sonreías al verme cruzar la esquina.
En el fondo, o no tan fondo, te agradaba mi ausencia.
He sido demasiado sincera contigo, y no me arrepiento.
Me importó una mierda tu orgullo, y el mío; todavía menos.
Aprendí que los mejores no siempre son entre lágrimas,
a veces, recordando tu sonrisa, las palabras me salen solas.
Me he visto volver a ti por momentos,
cómo un suicida vuelve a la vida, por momentos,
sin llegar a aferrarse a ella.
Me he visto florecer por momentos,
mientras el invierno crecía y crecía en mi pecho.
Contigo deseché mi mejor jugada.
Llegué a pensar que no había de verme si no era en tus ojos,
no sé besar si no es en tus labios,
y tampoco quiero.
Ya no sé ni lo que intento olvidar,
a veces parece que es a mi misma.
Ponnos otra, yo invito,
que vuelva a sonar mi canción favorita y volvamos a brindar por el futuro.
No. ponme otra que quiero ahogar mis recuerdos en esta copa,
no me queda tiempo, contigo lo he agotado,
contigo lo he consumido por completo; contigo me he consumido por completo.
No es un adiós, nunca llegará.
No conozco esa palabra si es contigo.
Recuérdame que nunca vuelva a querer tanto,
que nunca vuelva a atribuirle mis mejores versos a sonrisas tan crudas como la tuya.
Recuerdame que no me deje romper cuándo vuelva a tener la ocasión de enamorarme,
Y que no sea de ti,
que ya basta de tantas negativas,
de tantas lágrimas,
de tanto papel malgastado en escribir nuestra historia.
He visto a personas hacer poesía con tu nombre,
escribir los versos más bonitos con las cuatro letras de tu nombre,
las mismas letras que me pellizcan el alma cada vez que las veo esbozadas en los márgenes de cualquier libro de poesía. En el que cada uno de los versos señalados son un retazo del olvido que nunca podré encontrar. Porqué sigo sin encontrar la fórmula para calcular lo que fuimos.
+