jueves, 8 de enero de 2015

la composición química de mi corazón negativamente cargado.




Si no lo vas a leer escuchando esta canción mejor ni lo leas. 

Cierro los ojos y casi -casi- puedo sentir el aroma de tu cuello impregnado en el mío, si, ese aroma que mi cerebro aún no conoce. Te parecerá una estupidez -tremenda- pero mi sueño está velado por tus ojos.
Los míos, rojos e hichados, lagrimones recorren mis mejillas dejando carreteras negras.
Poco a poco, a duras penas, me convenzo a mi misma de que no he caído en la locura, de que este capricho tiene sentido y no me está envenenando.

Soy una ilusa si creo que vas a sentir lo mismo.
Soy una amargada si creo lo contrario.
Entonces, ¿que tengo que ser? ¿un neutrón en el átomo, un paseante en la cuerda floja del destino?

Te desvaneces en mis dedos como un sueño, me pregunto ¿voy a alcanzar tu vuelo?
Tus ojos, tus labios, la suavidad aún no palpada de tu pelo.
Te siento, te sueño, te pienso y no te veo. Te afirmo y te niego. Te dibujo y te escribo mil versos.

Sería capaz de dejarme arrastrar por tu marea, dejarme ahogar por tu mar y dejarme comer por tus tiburones.
-me suicidaría en el pozo de tus ojos. me comería tu cerebro para pensar como tú-


hazme el amor. Hazme el amor de tu vida.