lunes, 19 de diciembre de 2016

Los días contigo.

Qué bien verte cada mañana estirarte,
alcanzar con la punta de los dedos
la luz que desprendes.

Qué bonito aprenderte
a base de caerte encima,
de repetirme al escribir tu nombre tantísimas veces
de maneras tan distintas.

Qué sobresalto el de descubrirte
mirándome cuando no te he mirado todavía,
cuando ya has repasado cada uno de mis pliegues,
mis pestañas, mis cicatrices, mis heridas.

Qué espectáculo es despertarte
justo cuando empieza a levantarse el día.

Qué suerte cuando veo que me buscas
aun cuando acabas de comer(me),
cuando tienes hambre de mí
y solo te sacias al tenerme.

Qué triste, sin embargo,
cuando te alejas
dejándome ese vacío en el pecho
esa inquietud palpitante del lado izquierdo
que solo tú puedes hacer que cese.

Y, ¡de qué forma tan fantástica haces que cese!


miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sobriedad etílica.

Estar sin verte es echarse una soga al cuello,
y retener el grito en la garganta.
Es como vivir sin estar viviendo
en un estado volátil de felicidad momentánea.
Vivir en las nubes,
sin oxigenarme.
Prefiriendo ahogarme a pedirte que vuelvas,
que me destroces los brazos
al acercarme el pecho a tu alma
en un abrazo
de los que escapa el miedo.

Ojalá poder respirar al son de tu pensamiento.

No engaño a nadie diciendo
que no tenerte cerca
es el peor sueño
que merodea mi cabeza antes de soñarte.
Que huyo a la realidad onírica
de estar a milímetros de tu sonrisa
-que me llena tanto el alma que vuela-
a diez mil millas de cualquier resto humano
y fundiéndonos como el cobre y el estaño. 

Calor, locura
e instinto básico.

Nostálgico otoño
casi a las puertas del invierno.
Clásico y frenético empiece de lo poético.
Haces de tu vivencia algo necesario.
Haces de ti mismo un verbo.
Verso.
Beso.

No sé.

Me tienes loca, me has vuelto lírica.
En la etílica de tu boca
y de tus labios.
Métrica estética, milimétrica,
de tus lunares entre pecho y espalda.
Astrología carnívora.
Constelaciones de arañazos
y retazos de mis errores.

Vuelve y abrázame un rato,
o toda la vida.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Loba y pájaro.

Soy un alma enterrada en la libertad del precipicio.
Soy quien no atreviéndose a volar, jamás dejó de batir las alas
pensaba que dolería más el golpe.
Por eso cuando me lo di
ni siquiera quise contar cuántos huesos me quedaban
y cuántos de ellos podían volver a ser los de antes.
No me interesaba.
Porque nada de lo de antes iba a seguir dentro de mí.
Porque hasta la más difusa lágrima era dolor a gritos.
Los silencios eran tensos.
Y la mirada cortaba más que los cristales de los espejos
donde estaba reflejada.
Me quedé tumbada
con la espalda rota
y la sonrisa torcida, abierta a la mitad.
Con el corazón en una mano
y las manos en el vacío
de ese círculo que envicia
al que llaman soledad.
Me dormí sedienta de un poco más.
Me escondía de los instantes
y de los imposibles.
De los impostores.
Y me abrazaba al suelo
repitiéndome que no podía haber nada más abajo.
Por eso cuando me tiré al olvido en sueños
desperté rodeada de lobos.
Oliéndome y aprendiéndome,
siendo una de ellos.
Perdí la razón y gané en instintos.
Me hice más yo de lo que nunca había sido.
Me hice.
Volví a relamerme los labios
y a recordar los sabores de las bocas
cuando hace frío.
Buscaba abrigo entre mis pliegues
y viento en las pestañas.
Conocí a la tormenta que llevo dentro.
Y me gusté.
Tanto que aprovechaba mi reflejo para recrearme
en medio de toda esa agua helada.
No me criaron pero me enseñaron
a no levantar el hocico si no es para alimentarme.
Y tenía tanta hambre
que cuando apareciste
no sé cómo me contuve para no devorarte.
Yo que siempre fui una niña
que no levantaba un dedo por satisfacer la mano entera,
vi en ti la anatomía de quien busca y encuentra,
del narco traficando con sonrisas
de fiera.
Trapicheo del más sucio y pueril
de las ganas de cerrar la puerta de la cueva
y no salir.
Eres deseo a las 3 de la mañana
cuando no puedes dormir.
Eres grito
bien entendido.
Eres marea que cubre cintura baja
y bote salvavidas olvidado.
Barco a la deriva derivando.
Eres misiva en botella del náufrago que nunca quiso regresar a casa.
Eres hogar
e isla desierta.
Eres masturbarse lento y sin prisa.
Eres gemido en noche trémula,
y lluvia contra tus pupilas.
Contra todo y contra nada.
Contra la pared,
contra la cama.
Eres oficina cerrada en pleno día.
Eres horario de apertura de madrugada.
Eres sin control, eres rabia.
Eres líbido y labia,
argumento que no calla
ni cuando quiero que me calles,
ni siquiera cuando no hablas.
Eres puta poesía
y obscenidad en boca de quien nunca supo cómo sabe el jabón.
Eres tan prohibido que me tienta alargar el dedo para salvar la mano entera.
Y para salvarme a mí.
Me despertaste en medio de un abismo
cuando me inyectaste tus endorfinas en vena.
Me despertaste y ya estaba volando
antes de darme cuenta
de
que
estaba
cayendo.

domingo, 27 de noviembre de 2016

ciclo vicioso

Y me desvestí cómo cada noche,
las sabanas blancas se revolvían
cómo serpientes en mi colchón. 
Y en mi piel desnuda,
ni el frío ni el calor. 
Sudando y llorando muerte
Y mi rostro opaco
mi mirada gélida. 
Estado de indiferencia. 
El sumidero de tristeza constante
la mierda arrojada desde un séptimo piso
sobre mí. 
La ducha de agua fría
o ardiendo
y mi cuerpo templado.
En los ojos siempre tristes. 
Quise hacerme daño
nunca me quise
nunca el daño fue suficiente.
Te juro que no me importaba desaparecer, 
es más, 
desaparecer hubiese sido lo idóneo. 
No me importaba nada
en absoluto
Perder el interés por todo lo que amaba
y joder a todo aquel a quién amaba
Era mi constante mantra, 
el ciclo de la constante, 
Morirme despacio, 
con los ojos abiertos.
Totalmente ciego, 
desconociéndome totalmente
Personificándome en un "yo" deprimido
un yo que sólo quería matarse. 
Odiaba absolutamente todo
hasta que dejé de odiar a mí "yo" deprimido
para empezar a asumir
que mi nuevo "yo" se odiaba a si mismo.
"Eres el culpable de toda esta mierda"
Me lo merecía
Mirando con desprecio a extraños
en los autobuses
"ellos no entienden mi miseria"
No era casualidad
que quisiera reventar con todo, 
que de una vez
debiera hacerlo.
Más de una vez
intenté reventar con todo, 
y no es casualidad
que acabara por no hacerlo.
Odio a absolutamente todo
lo que me rodeaba, 
odio, joder, odio, 
hacia la felicidad ajena
hacia los desdichados que "no entendían mi miseria".
A lo mejor, 
reventar con todo
sólo para hacerlos hablar
hubiese sido interesante.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Make a wish.



Estoy cansada de tantas alertas, de cada lágrima que se escapa porque por más que lo intente siempre consiguen zafarse de mí. Tengo gritos que liberan y otros que destrozan todo lo que hay dentro. 
Estoy cansada porque no entiendo por qué lo que nos tenía tan cerca no hace más que despegarnos. Ese temporal que arrasaba las penas, no cesa de arrastrarme a la orilla una y otra vez. Por más empeño que ponga en brazear hasta mar abierto y sumergirme para no sentir la conciencia.
No entiendo que la energía me canse, me desgaste. No entiendo por qué me erosiona mi propia tristeza. Ni por qué los silencios que antes buscaba se me clavan ahora como puñales.
No encuentro un puto pensamiento que consiga salvarme de esta cárcel.
Sé que es egoísta tirarse al abismo sabiendo que nunca me atrevería a saltar del todo. Yo que siempre había buscado tu mano para sacarte del pozo, no la encuentro porque me he arrastrado hasta él contigo.
Joder. ¿Cómo puedo salvarte si tengo un clavo perforándome el salvavidas?
¿Por qué te sigo buscando? Si sé que estás ahí, dándome hasta el brazo cuando nos llega el agua al cuello. Amamos por encima de nuestras propias capacidades y es eso lo que nos hace hundir.
Quizás que ya no sé si soy lo que era. Quizás que me di tanto que terminé olvidándome en qué orden se reconstruía. Quizás me fallan las fuerzas y empiece a necesitar algo de ti. Algo más que sonrisas. Algo más que cariño.
Necesito llorarte. Y que me veas llorar. Que entiendas que a veces te necesito más. Que no sé qué cojones hacer para que vuelvas del todo.
Te he llamado tantas veces que a veces no recuerdo tu nombre.
Si estás al otro lado, mándame una señal.
No pido tanto. Un destello, una razón por la que seguir luchando, una jodida manera de seguir en pie cuando tenga cortadas las ganas de estarlo. Envíame una respuesta de que estás perdido, de que me estás buscando y gritaré más fuerte. No me importa gastarme la garganta si con ello encuentras el camino a casa.
Seré tus señales de humo. Seré el faro que ilumina tu mar, ¿vale?
Pero necesito una noticia de que estás.
Te pido una luz. Un fuego. Un naufragio. No sé. Algo.
Te pid... NO SÉ CÓMO DECIRTE QUE ME DIGAS QUE ME QUIERES.

El silencio (improvisado).

Grabo este poema en silencio
porque es la única forma que tengo
de evocarte
y huir de ti.
Y lo hago sintiendo desnudo mi pecho izquierdo
porque es la única forma
que tengo de recordarte
tal y como eras
antes de que esta tormenta empezase.
Antes de dejar que la marea subiera
y nos llegara hasta el cuello.
Empezara a cubrirnos los talones
y nos llegara hasta el cuello.
Y empezara a empaparnos los besos
y nos llegara hasta el cuello.

Ahora que tengo la marea
dentro de la cabeza,
dentro de la mente.
Ahora que tú tienes los ojos encharcados
de agua salada
que no quiere salir.
Ahora mismo
creo que es la única forma
de recuperarte a ti.

Escucharte en silencio,
recordar lo que fuiste,
lo que eres,
lo que sigues siendo.
Y en ese silencio
mirarme a los ojos
y descubrir
que no hay nada más allá de mí,
más de lo que ves
de lo que tienes,
lo que sientes
cada vez que me abrazas.

Cada vez que me deshaces,
me perturbas,
cada vez que tienes
mi rostro entre tus manos.
Cada vez que consigues sacarme una lágrima
-porque también las sacas-,
cada vez que me sacas una sonrisa
-por que lo haces-,
cada risa, cada mirada.
Cada beso que te doy en silencio,
porque el silencio
es lo que nos atrapa.

Nos mantiene,
nos mantiene a flote,
nos retiene,
nos busca,
nos encuentra,
nos guía.

Cada sonrisa y cada gesto sincero,
cada caricia, cada sueño,
cada deseo, cada miedo.

Todo esto
es lo que prefiero decirte en silencio.

Porque el silencio
es la única forma que tengo
de evocarte
y huir de ti.



domingo, 6 de noviembre de 2016

Lobos y hambre.

Espalda.
Torso.
Línea de la vida.
Aire. Poco.
Mucho calor.
Y sensación de empuje,
de irse.
De soltarse el pelo,
hacia arriba,
llegando al límite
entre tus hombros
y el "para.
En el cuello
no".
Movimiento pendular,
descendente.
Ver perderse tu pelo
entre mis escombros.
Evadirme.
Olvidarme de qué.
Si a tu lado el recuerdo escasea.
Si necesito revivirte
una y otra vez,
no me llega.
Echar la cabeza hacia atrás
como invitando a la banda sonora
a empezar.

Tócala otra vez, Sam.

Tocarte
y comprobar que eres real.
Que me toques,
me roces,
me invadas con tu esencia
y no me dejes marchar.
Ser verbo contigo.
Ser piel.
Ser.
Ascender por tu pecho
subir las carreteras de tus clavículas
y pararme cuando sientas todas tus piezas
encajando.
Que si hay canción de por medio,
que no sea otra que la de tus jadeos,
que la del sonido de la piel peleándose
por ver quién puede más.
Bajarte de las nubes,
despertarte en el oasis.
Susurrarte al oído
y que sonrías
como sonríen los lobos:
sediento de mí
y de mis besos.
De comernos la boca,
devorarnos,
arrancarnos la ropa
a zarpazos.
Y decidas enterrarte
entre mis piernas
cuando no puedas aguantar
porque llevas diez minutos
sin probarme.
Sin lamerme todos y cada uno de los huesos.
Hambriento,
muy hambriento.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Loreto Sesma.

¡Hola, chicos! Siento no haber dejado ninguna entrada acerca de la poesía durante la semana pasada. 

Pero bueno, esta semana la dedicaremos a hablar de uno de los nombres más sonados de la poesía contemporánea y más actual: Loreto Sesma. 

Sin duda, es uno de los autores que más me ha influenciado a la hora de empezar también a escribir y componer poemas.
Basándose en la sencillez y en ser directa y, por supuestísimo, embellecer lo sencillo con el don que tiene para utilizar las palabras, ha logrado hacerse un hueco en el mundo de la literatura hispanoamericana (conquistando también América Latina).

La he considerado siempre un auténtico modelo del boom que está experimentando la poesía en el día de hoy y, sin rastro aparente de vacilación, una de las pioneras.

Está en camino de la publicación de su tercer libro -cuyo título anunció hace pocos días-, Poesía revólver, y hasta ahora podemos encontrar en las librerías Naufragio en la 338 y 317 kilómetros y dos salidas de emergencia. Así, con ánimo de esta magnífica noticia, me gustaría hacer un repaso de sus inicios y sus mejores versos dentro de las joyas que crea en el papel.


Hace días que te veo por la calle,
andando con esa manera tuya de querer conquistar el asfalto,
gastando suela al andar,
y gritando por dentro,
venga, muro de acero,
enséñanos como tú también puedes llorar.
           (...)
sonreiré con esa sonrisa de hoyuelo izquierdo que tanto me decías que te gustaba,
lloraré tanto que ya no me podrás pedir jamas que demuestre que es lo que siento,
y me pondré esos pantalones que decías que me hacía un buen culo,
me soltaré el pelo,
me pintaré los labios,
y saldré a besar el viento,
           (...)
Ay valiente soldadito de plomo,
nunca debiste poner a ondear la bandera de piratas en tu barco de papel,
porque estabas anclado a la boca de una loca, desastre y corazón roto,
y esa loca era yo,
y esa boca era la mía.

Me han dicho que tengo que olvidarte, pero, seamos realistas y pongamos los pies en el suelo (de tu cuarto).
           (...)
Me ofrecías cielo y estrellas en polvo que respirar y estrellabas versos y besos como si nada mientras yo no podía dejar tu cuerpo de palpar y entre sonrisas hiladas en papel fino te decía;
"qué hace un chico como tú en un sitio como este"
y tú te reías y susurrabas;
"qué hace alguien como tú entre unas piernas como estas".
            (...)
Fue el día que escribí esto, un texto absurdo y sin sentido, porque el sentido a todo se lo dabas tú.
Lo siento por recurrir a tu salvavidas, pero quería hacerte musa de verso por una vez, quería decirte que te echo de menos, te dejo el mundo a tus pies, qué hasta él se muere por ver lo que escondes debajo de esos pantalones.
...
A los de corazones rotos, 
qué cómo se vive así,
 que a mí esto me duele,
¿Y dice Sabina que tardó en olvidarla 500 noches?
Pues a mí,
poeta,
apúntame 501.


Os recomiendo que estas dos las escuchéis, en cuanto tenga un rato, actualizaré esto haciendo una selección de los mejores versos; pero es mucho más difícil al no tener ningún texto delante.


Por último, quería terminar con una breve frase de Loreto Sesma, que es una de mis favoritas:

Cuántas veces me habré desnudado para que me vieses tiritar de frío y saliera de ti, inesperada, la imparable sensación de querer abrazarme hasta quedarme dormida.

domingo, 30 de octubre de 2016

Lo que necesites.

Sea cual sea el precipicio del que huyas,
no te preocupes,
lo salto contigo.

Si necesitas silencio,
me ausentaré contigo.

Para tu risa
basta una mirada.
Para la mía
basta tu presencia.

Si necesitas palabras,
las inventaré.
Crearé las que necesites
para que puedas oír siempre
lo mucho que yo te necesito a ti.

Para mi tortura,
tu enfado;
tu risa lejana,
tu llanto.

Si necesitas no ser,
estaré contigo.

Para mi sonrisa,
solo necesito
una realidad que no se aleje cada vez que sonrías].
No más verdad
que apoyarme en tu pecho
cada vez que la noche me ciegue.

Cuando las estrellas no sean luz
sino olvido
y cada paso, el retroceso de las teclas.
Al frustrarme
por no poder expresar en un poema
lo grande que me haces
mientras entre tus brazos me siento pequeña.

Si necesitas estar,
seré contigo.

Que yo necesito quedarme
adormecida en tu abrazo
cuando nada me calme.

Y no amaine más el viento
dentro de mi mente.
Y la tormenta que lleve
dentro
no pare
y la lluvia no cese.

Que solo con tus manos
me refugias de los males.

Si necesitas un beso
estaré ahí
siempre
para callarte.

viernes, 28 de octubre de 2016

Imaginé.


¡Hola otra vez! He vuelto con otro vídeo que, esta vez, me he currado un poquito más -voy descubriendo cosas que puedo hacer y añadir y las voy aplicando, como podéis comprobar-. En esta ocasión, también se trata de un audio de un poema que, hasta ahora, no había nunca subido ni nada parecido.

Se titula Imaginé. Lo compuse hace unas pocas semanas y me gustó tanto que no dudé ni un segundo en que tenía que compartirlo. Es muy especial para mí y está cargado de significado. Después de todo, alguien me dijo una vez que escribo poesía como si la vomitase; es decir, la uso porque la necesito para sacar todo lo que llevo dentro. Es como si todo lo que callase, encontrase forma de salir al ser escrito.

Me gusta explorar e investigar y por supuestísimo que estoy abierta a ideas y a aprender más sobre cómo narrar y musicalizar la poesía. Así que, ya sabéis, si tenéis alguna sugerencia, no dudéis un segundo en dejar constancia de ello en los comentarios.

Me encantaría que el vídeo tuviese la acogida que tuvo el anterior y, ya sabéis, si me lo pedís o veo que os gusta, subiré la transcripción del texto más adelante (entiendo que pueda ocasionar un problema el asimilar un poema escuchándolo en lugar de teniéndolo delante).

Sin más preámbulos, os dejo con el vídeo, ¡disfrutadlo!

Un abrazo.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Nueva sección.

¡Hola otra vez! Quería contaros que últimamente estoy leyendo mucha poesía (y lo que no es poesía también tiene un huequecillo en mi tiempo de vez en cuando) y por ello, quería dedicar una sección -que intentaré llevar semanalmente, lo prometo- a un poeta o escritor distinto; parafraseando las frases, versos, etc. que más me gustan en la poca experiencia literaria que tengo de ellos.

Iré subiendo estas entradas a la página principal y, además las recopilaré en una sección nueva llamada Poesía semanal (la podéis encontrar haciendo click aquí o en la barra de páginas del blog).

Para comenzar quería dedicar la sección semanal a uno de mis autores favoritos: Pablo Neruda.

Descubrí su maravilloso Poema 20 durante una emisión de una serie española. Este poema ha sido una gran inspiración para mí desde entonces; me fascina cómo encadena las palabras hasta lograr versos perfectos, parece que mientras lo lees, eres tú el poeta, quien compone y escribe cada letra.
Hasta hace unas semanas no me animé a leer una obra completa suya, y la verdad es que la recomiendo al cien por cien: 20 poemas de amor y una canción desesperada.


Me gustaría que echaseis un vistazo a esta selección que he hecho y os pueda servir, para quienes no lo conocen, para descubrir a uno de los poetas más delicados que he leído jamás.

Disfrutadlo.

Pablo Neruda
POEMA 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
                  (...)
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
                  (...)
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

POEMA 12
Para mi corazón basta mi pecho,
para tu libertad bastan mis alas.

POEMA 5
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
                  (...)
Y las miro lejanas mis palabras
más que mías son tuyas.
                  (...)
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

lunes, 17 de octubre de 2016

Estrella transitoria.

No me gustan los mapas que no me llevan a los lunares de tu espalda.
todos quieren evitar  que me pierda...

Me silencio en tu ruido. En tu calma. Te pido que ceses, que sigas. Que le des sentido a este conjunto de letras que se desordenan a tu tacto.
Me pido un disparo, una cerilla. Algo que consiga librarme de la eternidad de esperar despertarme.
No te perfilas. Te difuminas. 
Cuando creo poder alcanzarte, te desvaneces. Te llamo y no me escuchas. Me callas. Me incendias. Hasta que no quede más que el alma.
Me pregunto si serás o no.

Cierro los ojos.

Ahora callo y no hay silencio: hay vida. Hay más allá del pensamiento. Llegas hasta los confines de mi universo y apagas todos los astros.
Olvido el por qué y el cómo. Olvido mi nombre. No me hace falta recordarlo.
Susurras un suspiro. Me ahogo en tu olor y pierdo el miedo. Me hago pequeña y me cuelo en tu abrazo. Ya me tienes.

Tienes todo lo mío.
      Tienes todo lo que soy y lo que aspiro a ser.
             Tienes esa manía de colarte de puntillas y que no quiera dejarte ir.

Todo lo demás no incumbe. No tiene cabida en mi pecho. Desde que conseguiste acelerar su movimiento no hay lucha que no gane. Que no ganemos. O perdamos. 
Me recuerdas a ese juntos que siempre quise cerca. Al siempre que ya no tiene prisa ni promesa. Al nunca que se perdió entre todos mis poemas.
Me recuerdas al deseo que se despertó al mirarte y saber que estaba en casa. Al ojalá que no hallaba sosiego, que no se encontraba, que se perdía. Al quiero ser feliz, me recuerdas. Voy a serlo. 

Gasté en pestañas todo mi presupuesto. Y la paga extra en las velas. Pero me quedaba buscarte donde no alcanzaban a abarcarte los mapas. 
Ahora
las 
estrellas 
fugaces 
me preguntan por ti.

lunes, 10 de octubre de 2016

Nada más de ti.

¡Hola a todos!
Es la primera vez que subo un vídeo al blog con mi propia voz, y quería comenzar leyendo uno de mis poemas favoritos (sin duda) que he escrito. Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo y durante este último año me aficioné bastante a narrar poesía, la verdad, es una de las cosas que más disfruto dentro de este arte. Bueno, os dejo con Nada más de ti, le tengo un cariño muy especial a este poema, en concreto. Si queréis la transcripción del texto y veo que gusta, lo dejaré en una entrada nueva -o lo incluiré en esta misma-.
Me encanta hacer este tipo de cosas y la verdad espero que no sea la última... ¡espero que lo disfrutéis tanto como yo!

Un abrazo y nos vemos en la siguiente entrada.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Déjame describir un abrazo.

Un roto
y mil rompecabezas,
comerse la cabeza
y olvidar el por qué,
un vacío
tras el temido "hasta mañana"
y querer saltarse el contar las horas
hasta que llegue,
tiritas, formas de arreglarse,
pensando en
qué
debo
hacer
para que
          no
          te vayas,
remiendos,
cicatrices,
sístole y
diástole
acelerando
sin pisar el embrague antes de frenar,
y no tener miedo del golpe.
Podría resumirlo en eso:
en la ausencia del miedo,
en estar,
ser,
allá donde esté y sea contigo;
la forma de un niño
de rascarse en la herida
y arrancar los males,
la sonrisa de una madre
cuando te sonríe a ti;
el calor de tumbarse
y fundirse en el fuego
(que poco puede compararse
al de tus labios),
un incendio
generado
con el roce de las manos
cada vez que perdemos la impaciencia,
una tormenta de nieve
cada vez que te alejas;
la impotencia
por no poder expresar
todo lo que eres
y resumirlo en que ERES
y punto,
sentir ganas de apretar
y apretar
bien
fuerte,
para no poder soltarse nunca;
tirarse al abismo
sin cuerda,
ni cordura,
un viaje a la locura
de la más pura
ciencia ficción;
un libro abierto
sin páginas,
una playa desierta
y un precipicio abarcable.
Todo esto cuando me abrazas.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Pre-invierno.

Hay ganas de invierno,
de frío que te cala los huesos
y miradas que te calan
aún más.
De que llueva
y se empapen los cristales,
y se nos olvide quitar la ropa fuera
y meter dentro el tendal.
Que estemos mojados
y con ansias de llegar
a casa
y desear que el puto verano
llegue ya.
De que ver el sol
sea milagro
y motivo
para decirnos
"hay que verse".
Tengo ganas de saber
cómo es helarse
contigo al lado,
quiero saber si es posible
o se contradice
demasiado.
O si es tan apetecible
un
abrazo
tuyo,
como dormir con exceso de mantas
(o no dormir
si se trata
de ti),
que hasta pasaría tormentas
y lo que venga
y lo haría con gusto.
Si tenerte
me va a dar ganas de bailar
hasta sacarnos la humedad
estacional
y entrar en el trópico
y en calor.
Que todo el frío
se me va a pasar entre canciones
y entre tus brazos,
entre libros,
estudiándo(te).
Y preguntándome
si este año
por fin vamos a ver nevar
antes de Navidad.
Sabiendo la respuesta.
Como cada vez que me preguntes
si me quiero quedar
cinco minutos más.
Siempre sabiendo la respuesta.
Quiero que recuerdes
que soy fan
del chocolate caliente
y sobre todo si es por sorpresa,
de los abrazos
y las caricias.
De los soportales
que nos resguardan
de la que sea
que esté cayendo.
También de las películas
antiguas,
de los gestos mudos
y los gritos para sordos.
Ah,
y también
muy pero que muy
fan de ti.
Que este poema
se me queda corto.
Pero es que cada vez tengo más claro
que me quedo sin palabras
para decirte todo
lo que eres.
Solo espero
que este invierno
sigas disfrurando del silencio.
Y que, nunca,
jamás,
dejes que se calle.

domingo, 21 de agosto de 2016

Skyscraper.

Todo el mundo tiene su propio cielo.
Todos alzamos
la cabeza
y nos preguntamos cómo podríamos alcanzarlo.
Muchas veces
pienso que debe ser la mejor sensación
del planeta;
rozarlo,
saborearlo,
sentir que el frío te cala los huesos
y hacerlo tuyo.
Y ya nada
ni nadie
podría hacerte daño.
También pienso,
cuando me da por ponerme tonta,
en todos los cielos
de todas las personas
que también prefieren la lluvia
tras una ventana
a estar debajo.
En el firmamento que a todos se nos refleja
en los ojos.
En que de una punta a otra
de la tierra
todos tenemos un lugar
que mirar
si levantamos cabeza.
Y que por muy lejos
que estemos,
y nos diferencien los días,
la luna, el sol
y todas las estrellas,
nos queda la poesía.
Que escriba con el aliento
de los días nublados
en los cristales de tus ojos
poemas que conviertan
la tristeza en pasado.
Fuegos artificiales
vistos desde un ático
en cometas fugaces
saliendo de tus labios.
Todos decidimos
qué hacer con nuestro trozo de cielo.
Algunos lo comparten
con la persona que tienen al lado.
Para otros
el cielo oscuro
les impide ver que sus corazones arden
y están vivos.
Yo prefiero pensar
que mi cielo
es el mismo que ves todos los días
y así se me pasa
la melancolía
de echarte de menos.
Así que, por mucho que el tiempo construya
muros de arena,
yo derribaré esos muros.
Todos tenemos un cielo.
El mío es tuyo.

jueves, 28 de julio de 2016

Imposible (d)escribirte.

Podría empezar hablando de la expresión de tu cara cuando sonríes, el brillo en tu mirada, las arrugas de tus ojos, el rubor de tus mejillas o lo muchísimo que se te pronuncian los hoyuelos; pero sería empezar muy fuerte el texto.


Luego escribiría sobre tus caricias y la manera que tienes de erizarme la piel con cada roce de tus dedos; pero no hay palabras que puedan explicarlo.


Hablaría entonces de tu capacidad para atraerme, de cómo me quedo embobada observándote  en cualquier momento en el que te despistas; pero no puedo describir tu mirada cuando me pillas sonriendo.


Entonces me rendiría, clavaría mi índice en el retroceso y volvería a escribir sobre las tardes de verano, donde tu pecho es almohada, tus caricias refugio, y tu mirada mi casa.

(Aunque eso también sería un fracaso si tuviera que hablar del vacío que dejas en mi pecho cuando te veo marchar).




lunes, 4 de julio de 2016

Punto.

Me convence pensar que fue y estuvo para arrancarme el frío.
Y se fue cuando ya nada podía quemarme la piel.
Ahora estoy bien.
Tan bien que no me creo
que exista otro abrigo
distinto a mi sonrisa rompiendo espejos
donde antes solo me veía
con él.
Ahora doy sentido
a mi existencia.
Ahora soy trascendental.
Ahora mi propia inercia
ya no va a hacerme naufragar.
El frío es un lastre.
Se cura con chaqueta.
Pero no las de los escaparates...
Ni trajes,
ni etiquetas.
Nuevas
formas,
experiencias,
risas que arrastran
los males
y tristezas
a otros lugares.
Donde ya no pueda
verlos.
Donde ya no duelan.
Ahora me veo en otros ojos
y me veo bonita.
Me veo más guapa que nunca.
Y sigo siendo la misma.
Solo que, en vista de otros labios,
ahora estoy segura
de que soy la dueña de mi vida.

Y punto.

lunes, 20 de junio de 2016

Pánico escénico.

Somos parte de un universo creacionisa,
materialista.
Y de simbólico tenemos poco.
Importa más lo que eres por la calle
que si te partes el pecho por sonrisas que no son la tuya.
Es que aún encima
tenemos tanto miedo a joderlo todo
que terminamos.
Solo eso.
Terminamos.

miércoles, 15 de junio de 2016

nús

No cráter dun volcán
entre as túas pernas
arden as cinzas
das miñas.
Nas liñas da xemas dos teus dedos
coma dous cegos
léndonos en braille y a escuras
os lunares.
Os botóns
da túa camisa
semellan as pezas dun quebracabezas
indescifrable.
Non podo denudarte coa mirada.
Hoxe xeadas,
as palabras vacúas
e as linguas frías e lonxe.
Cansados de non estar
coméndonos a versos
e a beixos.
Tragándonos os centímetros
que alexan os nosos beizos.
Recoñezo ser unha ecuación
difícil de resolver
as miñas mil incógnitas
son as mil maneiras que tes
de quererme nu.
Hoxe,
está a chover
e somos nós os mollados.
Se sorrís
agora mesmo;
tal vez poderíamos
facer un arco da vella
que cruce de punta a punta o meu ventre,
carreteira para a túa lingua.

lunes, 13 de junio de 2016

Luces, cámara...

Yo siempre esperé que nosotros fuésemos una canción en acústico en una guitarra, una canción que hablase de tu dulzura, o de la nuestra.
Siempre nos esperé en cualquier estación, con las maletas hechas huyendo; de la mano.
Desde que te conozco, nos imaginé besándonos en París, suelo ser muy original.
Nos imaginé corriendo por Gran Vía.
Bailando juntos en conciertos de grupos bohemios.
Haciendo el amor bajo mil estrellas, jurándonos amor eterno.
Quizá siempre imaginé todo eso, por lo que siento cuándo te miro directamente.
Quizá no caí en la cuenta de que nuestro amor sería de esos torbellinos que cambian absolutamente todo, y destruyen todos aquellos principios que hasta el momento creías ciertos.
Por eso, dejé de esperar besos bajo la lluvia y ramos de flores, y empecé a esperarte a ti a la vuelta de la esquina. A esperarte cuándo te quedas atrás, cuándo no llegas a buscarme.
A esperarte, a ti y a tus manías.
Dejé de esperar bombones, San Valentines y canciones románticas. Dejé de esperar todo eso,
porqué no lo necesitaba contigo, empecé a esperar que me quisieras cómo nadie ha querido. A ti siempre te ha gustado innovar.
Empecé a esperar tus carcajadas después de mis frases incoherentes, empecé a esperar tus buenos días cada vez que me despierto.
Empecé a esperar que detrás de cada sonrisa tuya, exista algo de mí.
Por eso,
yo,
dejé de imaginarnos cómo en una película,
ni la sala de cine más grande del planeta Tierra podría llegar a comprender lo que siento por ti.

miércoles, 8 de junio de 2016

Me busco, te encuentro.

¿Y qué hacer en el momento en que ya no queda nada?
Cuando el tiempo se para,
cuando parece que ha llegado el final de algo que todavía no has descubierto.
Cuando mires por donde mires no sabes continuar.
Cuando ya no tienes nada que perder,
estás perdido.

¿Y qué tal si en vez de buscar salidas te busco a ti?
Me busco en tus ojos,
y me encuentro mirándote los labios,
acariciando tus pecas;
memorizando tu nombre,
repitiéndolo en mi cabeza de manera constante.

¿Y qué tal si en vez de buscar mi sitio busco tu pecho?
Quiero escucharte latir,
bailar al compás de tu sístole y tu diástole.
Sentir tu aliento,
tu aire,
sentirte a ti.

¿Y qué tal si dejo de escribir y voy corriendo a buscarte?
Aguarda,
ya casi estoy.



domingo, 5 de junio de 2016

Primeros auxilios para un alma rota.

No sé si estoy segura
de si tengo asegurado
el corazón contra impactos,
a todo riesgo.
Creo que dispongo
de un seguro a terceros
y un chaleco antibalas.
Además de la incerteza
de si estoy preparada
para alimentar mis versos
con otros besos,
otras sombras.
Tras chocar con el suelo
y buscarme el alma
en otras bocas,
he aprendido
que no hay nada
como un roto para un descosido
y yo solo tengo un alma
que está cansada
de estar rota.
Has llegado hasta mí,
así que si quieres,
descóseme.
Te reto a que tires
de cada una de mis costuras,
y disfrutes del sonido
del hilo resbalando por la piel.
Abriendo cada una de mis heridas...
ya sabes,
hasta que sangren.
Que estoy avocada
al desafío
de remarcar mis cicatrices
y lucir mis remiendos
con una sonrisa puesta.
Orgullosa de haber aprendido
de la mano de otros gritos
que el peor dolor se va en silencio.
Y ahora que por fin
se ha ido
este sentimiento
de estar atada con cuerdas
a una piedra
en medio del océano:
desátame,
descóseme
y recuérdame
(o enséñame)
lo que es querer de nuevo.
Ilustradora: Victoria Santos

para querernos

Para chamarte de madrugada, 
recitarte poemas ao oído, 
cantar contigo estribeillos de Extremoduro.
Esquecernos do mundo, 
ti e mais eu, 
como facemos cada tarde, 
que arde o sol
ao ritmo das nosas linguas. 
Para dicirte "bótote de menos", 
para erguernos xuntos, 
facer o amor ao luscofusco
e conservar o amor feito
ata 
o amencer. 
Para bañarme nas túas bágoas, 
contarte as miñas mañás, 
verme sorrir, 
verte sorrir. 
Para falar en plural, 
escoitarnos rir, 
escoitarnos xemer, 
suspirar, 
escoitarnos cantar. 
Escoitar o ruído
do noso vivir. 
Para querernos
enteiros, 
para esquecer o meu olor
tendo o teu 
nas miñas sabanas. 
Para durmir
e espertar 
e botarnos de menos
como fago incluso
cando estás preto. 
Para desentoar calquera canción, 
que fale de amor
e creamos escrita para nós. 
suor e saliva, 
escuridade e calor. 
vida,
insomnio, 
teu. 

jueves, 26 de mayo de 2016

Nacerán frores

Lostregos,
No ceo cuberto,
Mensaxes de deuses,
Contando historias de tierras lexanas.
Contando de cando choveron bágoas
No mar,
De cando hoveron gotas de sangue,
Sudor,
E novamente bágoas.
Choveron
De súpeto, sobre nós,
todas as loitas non gañadas,
E as non loitadas,
que tamén choveron,
mollaronnos todavía máis.
Mollaron as nosas terras
E creceron flores.
Mollaronon os nosos pes.
Mollou as nosas raíces
a saliva das linguas
que falan a nosa.
E de súpeto
erguimonos entre os lostregos,
erguimonos baixo a choiva,
Con frores nos beizos,
con frores nas mans.
Coa fronte alta,
para decir que somos
o que sempre quixemos ser,
e somos nosos.
Somos, o pobo das meigas que arderon no lume.
 E nos das cinzas renacemos.
Que das nosas cinzas, nacerán frores.

domingo, 22 de mayo de 2016

Bastardos o Hijos del naufragio.

No nos quedaba nada
ni nadie.
Ni éramos
parte
del universo astral
siendo nosotros
sus mismas estrellas.
Pluma
y papel,
éramos experiencias
y experimentos
de una ciencia
cruel.
Sueltos
y apagados
vagábamos
levitando.
Vagabundos
eléctricos
del firmamento
astromántico
y astronómico.
Enigmáticos.
Con presupuesto
económico
para soñar más
y más barato.
Y dejarnos
menos ganas
de atar cabos
que han quedado atrás.
Abandonados.
Tristes.
Esperando
que vengan motivos
para tirarnos
al andén.
Yo en la cornisa,
otro en el tejado.
Y el resto mirando
cómo morimos
derramando
la sangre
en el folio.
El dolor
sin lastre
o con tanto
sobre los hombros...
Náufragos del odio.
Aventureros de la desidia
y el deseo
tanteando
la envidia
de las corazas de acero
de algunos hombres.
Escritores
de comedia,
del amor, de la miseria
o quizás de todo
a la vez.
Compositores,
creadores de los dioses
que nos hicieron
por y para
las naciones
de tu espalda.
Somos la generación
de poetas
que hicieron
de la melodía,
de tu sonrisa
y tus hilos de marioneta
otra excusa
para crear poesía.

lunes, 16 de mayo de 2016

¿Y por qué no gritar?

¿Y por qué no gritar?
Clamar a la libertad,
ser libres,
brillar.

El aire golpea mi sien
y quiero sentir
junto a ti,
tal vez.

A ciencia cierta
solo una cosa sé
vida solo es esta,
y este momento,
se esfumará
para no volver jamás.

¿Por qué no vivir feliz?
si total mañana
hoy ya no existirá;
será un día más
perdido en el calendario,
de los días no vividos.

Así que vivamos hoy,
y mañana, y siempre.
Flotemos sobre los baches,
mandemos a la mierda el qué dirán.
Se llama libertad,
y solo tienes que amarla,
entonces, llegará.

Tic, tac
tu vida sigue,
solo tú decides
si sigues con ella,
o la dejas correr
y que pase
mientras tú,
simplemente vives.

¿No será mejor,
vivir simplemente?

Correr tras la vida,
que no se sienta sola,
que viva llena
y se sienta infinita,
que ella te quiera a ti,
y tú la ames a ella.

(Y ya de paso,
te ames a ti también.)