domingo, 29 de junio de 2014

La luna de color de miel

Hola. ¿Cómo te va la vida? Buf. Que difícil decirte esto. Voy a aburrirte tantísimo con mis banales palabras. No pretendo deleitarte. No. Solo pretendo recordarte quien soy. Solo pretendo recordarte que sigo aquí aunque ya no lo quieras ver. Y que la luna dulce de color de miel no ha cambiado aún. ¿Porque tu lo has hecho tan pronto?
Estúpida carta. Caligrafía tan apretada y deforme como la mía que te costará leer. Y te aburriré. Demasiado.
Pero por favor recuerda cuando aún me querías y me estimabas. 
Maldito amor. 
Es el peor invento que se pudo inventar. 
Joder. Estoy harta de sufrir y sufrir.
De llorar y llorar y lamentar haberte conocido para luego arrepentirme y volverte a desear. 

Hoy me levanté con el día poético y vine a escribirte. 
Pero no vine a decirte ninguna maravilla sobre lo bonito que eres o lo mucho que me gustas. No. 
Hoy vengo a decirte que me he hartado de tus juegos. 
De tus mentiras. Tus falsedades y tus tan crudas realidades. 
No soy tu marioneta. Nunca más lo seré. No manejas las cuerdas de mi vida.
Quiero que sepas que me voy. Y no volveré.
Esta carta es para tí, estúpido Mundo, para decirte adiós definitivamente. 


Las pastillas. El vaso de agua en la mano. Una vida menos. 



***********************************

¡Hola!
Estoy
feliz
triste
estoy muy feliz y triste.
Mañana será mi última entrada por muuuuucho tiempo. ¿Me echaréis de menos?
Me entristece en cierta medida. Pero un descanso no viene mal.
También estoy triste por que veo que este blog no avanza y no sé cual es el problema. ¿Alguien lo sabe?


Bueno. ¡Felices vacaciones a todos!