domingo, 15 de junio de 2014

El espejo del alma


"La luz era perfecta, un contraste rubí y añil de colores amanecientes, nacidos del sol y su infinita belleza, un suave viento acariciaba con delicadeza el ambiente, mecía su piel con la finura de un hilo de cristal. En el objetivo de la cámara se veía reflejado el sol naciente, todavía primerizo en estas horas de la mañana. Todavía sin despertar estaba el día, adormilado y exhausto, respirando con la poca fuerza que existe en una nueva alma, acabando de formarse.

-Es la luz perfecta, ¿no? Podría ser la foto ideal. Un alma renovada por la luz del sol, limpia y pura reflejada en tus ojos... demostraría la mayor naturalidad del ser humano. Incide con cuidado sobre tus pómulos dibujando la perfección imperfecta en tu rostro... podría ser la foto ideal. Podría.

Ella sonrió con la simpleza humildad con la que una mariposa luce sus colores, por dentro solo veía sus alas agujereadas por la tristeza.

-Quiero una fotografía de tu alma, quiero ver cómo se ve reflejada con la naturaleza... quiero ver un espejo de tu vida reflejado a través del objetivo de esta cámara que sobre mis manos sostengo... lo que quiero no puedes dármelo.

Parecía que una lágrima se asomaba a sus inocentes ojos. En aquel momento me di cuenta de la dureza de mis palabras, mas, ¿hacía falta realmente sentirlo?

Me quedaría eternamente con la duda... quizás me hacía falta otro suspiro para resolverla. Pero ella se quedó callada, prácticamente sin respiración.

Esperamos hasta cuando el sol se desplazaba con fuerza hacia nuestros corazones. Ella estaba retratada como una persona fuerte, con esos colores cálidos forzados en su piel... esa sonrisa burlona y picaresca que su rostro lucía y esos ojos chispeantes que vida querían rebosar a través del espejo del alma que era su rostro.

Me miró buscando una respuesta abrumadora. Me miró buscando vida dentro de mi corazón. Me miró buscando algo y no lo encontró. Simplemente me miró.

Hice un gesto de desaprobación. Pude escuchar sus latidos acompasados con mi respiración, hacíamos música con efectos naturales... pero todavía no fui capaz de descubrir en ella tal grandiosa naturalidad sencilla.

Pasamos allí una eternidad para poder retratar su alma con precisión.

Finalmente, encontré el momento. Pude ver, no solo a través de mi fiel artefacto, sino a través de mis pupilas dilatadas la gran pasión que su alma encerraba."

Dentro del sobre donde se encontraba la carta que con tan trabajada caligrafía se encontraba la fotografía con el alma reflejada que el tan antiguo fotógrafo había perdido en la línea del tiempo.

Pude descubrir realmente la ensombrecida alma de aquella modelo y por fin comprendí el porqué de sus pupilas dilatadas... era el espejo de una vida atormentada que se perdía entre las sombras al confundir el día con la noche... una fotografía oscura y fría, hecha en mitad de la noche.