lunes, 23 de junio de 2014

A flor de piel

Mi piel se enciende. 
entre caricias longevas.
Entre memorias que nos unen,
y nos tientan. 
El amor a flor de piel,
la misma mirada caída en la vejez,
la misma pasión que en el ayer,
la perfecta armonía de vivir a tu vez. 
De sentir tu cuerpo arrugar,
tu juventud enfermar, 
y tus mismas sonrisas,
que al verme se empeñan en brotar. 
A flor de piel nuestros años,
la infinita cordura de esta unión,
la siempre validez de nuestro amor,
la cuerda invisible que ata nuestros cuerpos. 
Sin despojos, sin complejos,
entre lágrimas y besos, 
entre palabras y deseos,
la carisma del sincero. 
Tus yemas atraviesan mi cuerpo,
besando mi alma, 
y ya la piel sobra en todo esto,
porque necesito contacto con tu más sentido ser. 
Porque necesito besar de lo que me enamoré,
necesito tocar lo que no cambio con los años,
lo que no envejeció ni se pudrió,
tu corazón.
Permanece intacto,
liviano, libre y perfecto,
y por tenerlo desespero,
y si lo pierdo pronto muero.
 Como niño, 
escondidos bajo nuestro propio manto,
descifrando tu mirada el misterio, 
una caricia, una sonrisa, un llanto.