"En mis más temblorosas noches, en las que las trémulas gotas caen sin piedad, golpeando con fuerza los cristales. Esas gotas que me desvelan, que me impiden conciliar el sueño.
Comienzo a pensar en ti.
El sonido del reloj continua su camino.
Me pregunto, amor, cómo serán tus ojos iluminados por una vela. Cómo serán tus besos en un momento de soledad. Si serás o no un espejismo, fruto de los perros que remuerden las entrañas de mi conciencia.
Daba vueltas en la cama, buscando consuelo. Estiraba la mano procurando tu pelo. Encontré vacío, un suave susurro de deseo y un ligero olor que habías dejado con la madrugada.
Al alba te escribo, como si una nota para marcharme te dejara.
Te escribo solo para no derramar más lágrimas sobre la almohada, para decirte que tu ausencia es el peor castigo para el alma. Para recordar que el amor no es más que una pequeña pieza que provoca que mi corazón lata. Que te quiero tanto como veces un segundo pasa, que me contengo para no morirme cuando sonríes, para evitar soltarte.
He librado mil batallas para dejar de escuchar tu música. Esa de cuando me hablar. Pero un intenso y cálido fulgor en mis mejillas sonrosadas me delatan.
Si pudiera decirte una vez más que te amo, que te quiero, que por ti lo daría todo, dormiría en tu puerta esperando una respuesta.
Esperaría a que los atardeceres dejaran de tener ese aire encendido, o que dejaran de teñir los cielos para recordarte que me apago.
Sí, mi amor es como un día.
Que comienza iluminando tus pestañas, colándose entre tus párpados, sumiéndote en calor.
Atardece suavemente, dejándote respirar un tierno rato el olor del sol.
Mi noche te ilumina, te guiará con dolor por no poder verte.
Yo brillaré en tus ojos, seré tu luna y tus estrellas. Solamente si me dejas, iluminaré tus lágrimas. Daré belleza a tu tristeza, y acariciaré tu llanto.
Y cuando menos te lo esperes, susurraré en tu aliento que te amo.
Estaré en el viento, en las piedras con las que, en tu camino, tropiezas, en las estrellas y en la arena que, con sutileza, tocas.
En el mar infinito, en los océanos, mares y ríos. En la hierba que pisas y en el cielo que visitas.
Yo seré tu sonrisa más tierna, la sarcástica y tu risa. Seré el gesto de tus manos, seré la lluvia más fina.
Yo seré la vida que te pese y que, al mismo tiempo, te acaricia.
Tú solamente quiéreme."
Comienzo a pensar en ti.
El sonido del reloj continua su camino.
Me pregunto, amor, cómo serán tus ojos iluminados por una vela. Cómo serán tus besos en un momento de soledad. Si serás o no un espejismo, fruto de los perros que remuerden las entrañas de mi conciencia.
Daba vueltas en la cama, buscando consuelo. Estiraba la mano procurando tu pelo. Encontré vacío, un suave susurro de deseo y un ligero olor que habías dejado con la madrugada.
Al alba te escribo, como si una nota para marcharme te dejara.
Te escribo solo para no derramar más lágrimas sobre la almohada, para decirte que tu ausencia es el peor castigo para el alma. Para recordar que el amor no es más que una pequeña pieza que provoca que mi corazón lata. Que te quiero tanto como veces un segundo pasa, que me contengo para no morirme cuando sonríes, para evitar soltarte.
He librado mil batallas para dejar de escuchar tu música. Esa de cuando me hablar. Pero un intenso y cálido fulgor en mis mejillas sonrosadas me delatan.
Si pudiera decirte una vez más que te amo, que te quiero, que por ti lo daría todo, dormiría en tu puerta esperando una respuesta.
Esperaría a que los atardeceres dejaran de tener ese aire encendido, o que dejaran de teñir los cielos para recordarte que me apago.
Sí, mi amor es como un día.
Que comienza iluminando tus pestañas, colándose entre tus párpados, sumiéndote en calor.
Atardece suavemente, dejándote respirar un tierno rato el olor del sol.
Mi noche te ilumina, te guiará con dolor por no poder verte.
Yo brillaré en tus ojos, seré tu luna y tus estrellas. Solamente si me dejas, iluminaré tus lágrimas. Daré belleza a tu tristeza, y acariciaré tu llanto.
Y cuando menos te lo esperes, susurraré en tu aliento que te amo.
Estaré en el viento, en las piedras con las que, en tu camino, tropiezas, en las estrellas y en la arena que, con sutileza, tocas.
En el mar infinito, en los océanos, mares y ríos. En la hierba que pisas y en el cielo que visitas.
Yo seré tu sonrisa más tierna, la sarcástica y tu risa. Seré el gesto de tus manos, seré la lluvia más fina.
Yo seré la vida que te pese y que, al mismo tiempo, te acaricia.
Tú solamente quiéreme."