lunes, 24 de agosto de 2015

Mujer, que nadie censure tu belleza.

Nada que añadir,
nada que restar.

Tu piel resplancdece, blanca cómo la nieve.
Tu pelo rojo arde avivado sobre la nieve de tu piel.
Incendios de nieve.

Siento el latido de la absoluta armonía,
tu cuerpo desnudo, la transparencia de tu tez.
Los ojos negros, la sonrisa pícara.

Estás tendida boca arriba.
Cómo un cuadro.
Me miras con cierta sorna.
Tu pecho sube y baja en cada respiración.


Nada que añadir,
nada que restar.



Simplemente nada que censurar.

Mujer, que nadie censure tu belleza.
Que nadie cuestione tu arte.
Que nadie sexualice la naturalidad de tus curvas sin tu consentimiento.
Seamos libres.
Seamos humanos.