martes, 26 de agosto de 2014

Cenizas al viento

Encendí un cigarro y lo coloqué en mi boca.
Me ví reflejada en el sucio charco que la lluvia dejó.
Seguía siendo la misma, solo estaba demacrada por el paso de los años.
Levanté tu mirada. Aquellos ojos acaramelados me miraron, clavandose en mi crudamente; lo único bello de mí que no se había esfumado. Todavía.
Mi cabello lacio sobre los hombros.
Un suspiro, tantos días, tantas noches...tantos amores encontrados, ¡tantos amores perdidos!
Una lágrima. Solitaria. Aburrida. Que se desliza por mi mejilla insegura.
El espejo acuoso me devolvía una mirada cruel y repulsiva.
"Mira a donde has llevado tu vida...tenían tanta razón en aquello que te decían" parecía decirme.
Las cenizas cayeron en el agua.
Plof.
Sumergiéndose.  Ahogandose. Ahogándose de la misma manera que yo me estaba ahogando; en la mierda. En la ruina.
Mi cigarrillo se consumía.
A la vez que mis pensamientos continuaban volando, soñando con tu sonrisa. Con tu mirada que me roba la tristeza y que da tregua a mis guerras.
Mi cigarro se acabó. Lo dejé caer y lo aplasté con mi bota de cuero gastado.
"Todo lo bueno se acaba."
Porque la vida dura lo mismo que esta colilla marcada por el rojo de mis labios.
En ese momento un último suspiro que exhalando mi corazón.
Un te quiero. Un dulce beso que cae desde lo alto del cielo. Pero no un adiós, llevo toda la vida muerta. El adiós llegó el mismo día en el que mi felicidad se estancó.