sábado, 25 de octubre de 2014

De igual a...ignorancia

De igual a igual, dicen. Ignorancia es lo que siento, cuando, tras ese telón de perfección se esconde la verdadera sociedad que nos rodea. Solo una palabra puede producir una fuerza tan inmensa como para empeorar esto. Nuestro comportamiento no ayuda. De igual a igual, dicen. Igualdad de género. Igualdad de raza. Miles de charlas, gestos y palabras...¿serán suficiente para nuestras tercas mentes?

El poder de la razón se ha olvidado, el pensar,
¿donde ha quedado? Me parece vergonzoso que en el siglo en el que estamos la gran mayoría de las personas sigan empeñadas en diferenciar por sexos, por colores, por etnias... y distinguir en el trato. Aunque no lo sepamos, nuestros actos repercuten sobre la mente de los demás y las nuestras propias.
Si en un edificio falta un ladrillo, un solo ladrillo en su estructura puede desmoronarse por completo.
Sé que es difícil, y nos llevará años conseguirlo. Viene de muy atrás y no será como un guiño de ojos cambiarlo. Pero tampoco sería fácil empeorarlo, ¡y miranos! No hace falta ir muy lejos, no hace falta dirigirnos a otras religiones o culturas. Aquí mismo, en tu colegio, en tu trabajo, en tu edificio, encontrarás pensamientos, que aunque vuelen independientes y sin piés ni cabeza ahí están.
Que la mujer cobre menos que el hombre es una aberración.
Seguir descriminando a las personas de color, a los que aman a personas de su mismo sexo. Creer que lo que no es igual a nosotros es anormal...Ignorantes todos aquellos que lo crean.
Por el momento, dejaré la expresión "de igual a igual" por la de "de igual a ignorante" porque en la sociedad de hoy en día no hay otra cosa, y no me gusta mentir.