domingo, 19 de julio de 2015

Caricias

Y tanto de tu piel acariciar, 
tus sentidos despertar en cada roce, 
que cómo barco de vela en un mar eterno, 
escalé por las colinas de tu espalda, 
hasta llegar a tu pelo, 
y de admirarla en tu piel me torné, 
y dejé de ser humano, 
que ama y es amado, 
a ser aquel que aguanta, 
que ames y no sea a mí, 
que tu espalda sea la colina que otro escale,
mientras soy la piel de la que él barre, 
las huellas de mis dedos.