domingo, 20 de abril de 2014

Horizonte despejado

Querido amigo: 
Me gustaría poder asegurarte un horizonte despejado. Libre de problemas, de embrollos diversos. Cargado, simplemente, de felicidad. Lejos de la agonía de mundo.



Me encantaría poder regalarte eso y mil cosas más. Asegurarte una sonrisa. Un amanecer nuevo cada día, un anochecer sin temor a no despertar nunca más de ese sueño. 
Pero ¿sabes? Es difícil, porque si te deparo un futuro ideal; tal vez me equivoqué. Si construyo un castillo de naipes tal vez venga un viento y se desmorone. 
Mira más allá de las barreras. Observa lo que hay después. Son mil promesas, que se han quedado ancladas, apartadas, marginadas, fuera de la realidad. Pero al menos han volado, han intentado vivir, pero se han perdido en el camino. 
No quiero que pase eso con mis palabras, quiero que sean tan fuertes que no puedan perderse. 
Tu no deseaste vivir en un cuento, en una fantasía. Quisiste hacerlo en una realidad, creías que yo te la proporcionaría, te daría unas alas para surcar el cielo, y el cobijo para que no pasaras frío al hacerlo. 
Lo intenté, quise cultivar el presente para obtener frutos en un futuro. Frutos que tu recogerías de la semilla que yo planté. Frutos que saciarían tu hambre. Lo intenté.
Quise dejar el viento libre de mentiras para que pudieras respirar simples verdades. Para que te nutrieras de realidades. 
Rompamos las distancias. Recontremos los tiempos, los lugares, los momentos. Unamos el presente y el futuro con un fuerte pegamento.
Simplemente lo estropeé. Cambié lo deparado por el destino. Quemé la página de el donde estaba escrita tu felicidad. Te inundé la vida, solo espero que no te ahogues.  

No me culpes. Era solo una niña, quería vivir mi presente, no temía a la casualidad. No me odies. Creí hacer lo correcto, llevando las riendas de mi vida sin pensar en las consecuencias.
Pensé en mi propio bienestar. Aseguré mi propio futuro. MI PROPIA FELICIDAD. Siento ser tan cruel. Siento no haber cumplido con las promesas del destino.

Programé el mundo para que girara a la vez que yo lo hacía. Para que cuando yo me apagara el se apagara conmigo. No te imaginé, ni a ti ni a nadie. No imagine que el batir de mis alas te iba a hacer desgraciado. 
Te hablo desde el pasado. Siento haber arruinado el mundo, futurista. Siento haber impedido el progreso. Ya no hay forma de arreglarlo, ¿o sí la hay...?