martes, 19 de abril de 2016

humo




Misteriosas,
y grises sombras-
tu y yo-
dibujándonos sobre el colchón
a carboncillo.
haciendo de lo obsceno
una obra de arte,
si no puedes ser el artista
sé la obra.
Si no puedes escribir poemas
deja que los escriba
sobre tu espalda-
con saliva-

El mejor de los poemas.

Yo era un lienzo en blanco
y tú la tinta
que me acariciaba
los puntos y las comas,
dando lugar a cientos de versos,
donde jurabas
amor eterno a tu musa.

La lluvia de abril
golpeaba los cristales,
mientras tú y yo,
escribíamos
el mejor de los poemas.
En la calle,
todavía era invierno;
en nosotros,
florecía la primavera.

Bailábamos despreocupados,
haciendo de arte y vida
un solo ser,
que nos miraba
incrédulo
de que alguien
pudiese hacer algo así

sobre el papel.