domingo, 13 de abril de 2014

Quizás algún día.

Esa indecisión fue la que mató su paciencia, quizás, solía decir, algún día. Porque si temía ante la bravura del mar decía que quizás algún día lo pudiera superar. O si su mayor propósito fuera volar quizás algún día lo quisiera intentar. ¿Y que pasó con esas palabras? ¿Se destruyeron como castillos de naipes? ¿Eran tan finas como la seda? ¿Se las llevó el viento al pasar? No, eran falsas promesas, débiles ladrillos para tan grande edificio. Letras sin sentido enlazadas. Infelicidad disimulada.

La seguridad no era propia en su persona. Estaba hecha de mil mariposas, que podrían echar a volar y destruír su cuidada fachada. El miedo tatuado en su piel, bajo la capa de maldad, nadie sabe que interpreta un papel. ¿Creía que la vida es una película? ¿Pensaba que todos se iban a tragar sus mentiras? Quizás algún día dejaría ver su verdadera persona. Quizás, escondía tesoros en el interior de su cofre. O tal vez sería como una caja de Pandora, y al destapar su identidad le abriría la puerta a los males del mundo, invitándoles a pasar, a apoderarse de todo. Nunca se planteó el porque de sus acciones. Nunca puso una pega a sus propias traiciones.

Me dijeron que el miedo era un buen ladrón, te robaba la felicidad, la seguridad, te roba el sueño. Nunca ha podido descubrir si era o no libre. Nunca voló tan lejos como para chocar con las rejas, o nunca saltó tan alto como para descubrir que no hay fin.
Pero, tu decides, el camino que quieres coger.

¿Nunca has pensado en que temes?¿Nunca te has planteado que es lo que tanto te asusta para vivir dentro de una burbuja indestructible?
Tal vez sea tu misma lo que te da miedo. Tu soledad. Miedo a vivir aislada. Miedo a no gustar a los demás.



No tengas miedo, ¿porque sabes que? A mí me gustas tal y como eres. No cambiaría ni un solo rasgo de tu interior. Ni una nota falla cuando te ríes y tus ojos son los cristales del mundo.
No temas más pequeña, estás a mí lado, y te juro fidelidad infinita.

Aquella oscuridad que tanto te asustó fue la preparación para que la luz te reconfortara. Aquellos ruidos tan extraños era la respiración de la felicidad cercana. Tal vez no sabes, que cuando lloras, tu llanto se me asemeja a la más intensa tormenta, y tus lágrimas como gotas de lluvia que del cielo brotan, son como el rocío  de breve mañana sobre hojas verdes de aromática plantas.


Mira lo que tienes delante. Tal vez tengas al amor de tu vida, pero estás cegada de miedo, o el problema es que no dejas de mirar atrás. Te aconsejo que no cierres más los ojos. Que sueñes despierta y que vivas dormida. Si tu fachada se rompe siempre quedará tu confortable interior. Luz de mi alma, tu sonrisa.
Te quiero.

Quizá algún día....tu me quieras a mí también.