lunes, 6 de marzo de 2017

Alma de ángel.

Te pido que vengas
y traigas el alma desnuda,
la piel poblada de silencio
y los ojos de gritos que estallan.

Suplico tu voz en mi oído
como cadencia de dulzura constante
llorando ojalás dormidos,

que recorras con tus miedos
cada estrella de tu cielo
que llevas impresa en los lunares. 

Yo me rendiré a tus pies
anhelando ser ruido que calzas,
sin suplir el hueco que aquí dejas
cada vez que abres las alas.

Yo me quedaré en la nieve
buscando derretir el hielo
con el fuego
que retienes en la punta de la lengua.

Yo me guiaré entre los grises
de este mundo ensombrecido
con la luz que en mí se enciende
siempre que tú me abrazas.

Eres ángel que sin haber caído
ha dejado ardiente
un corazón muerto
de
frío.