viernes, 9 de enero de 2015

Demasiado azúcar.

La atmosfera está constituída - aunque los libros digan otra cosa- por tus suspiros, los míos y los de el resto del mundo.
Y la vida humana -aunque los libros digan otra cosa- consiste en capturarlos y hacerlos suyos.

Hay de muchos tipos:

Aquellos que escapan por un amor imposible.

Aquellos que crean un lienzo de vaho donde dibujar.

Aquellos con una taza de té entre las manos.

Aquellos que viene a simbolizar "quiero estar contigo el resto de mi vida".

Aquellos mudos y los que hablan por si solos.

Aquellos cargados de odio y aquellos de miedo.

Y también hay de los tuyos.

Que esconden en su interior todo lo anterior, esconden amor, odio, pasión, té azucarado, amores imposibles, inocencia... Son fantasmas liberados por tu ingenua boca.

Me esconden a mí -un torbellino de emociones sin fin, un monstruo grandullón y de pelo amarillo en mi armario, y un corazón con tu inicial tallado en la corteza de un árbol-.