viernes, 11 de noviembre de 2016

El silencio (improvisado).

Grabo este poema en silencio
porque es la única forma que tengo
de evocarte
y huir de ti.
Y lo hago sintiendo desnudo mi pecho izquierdo
porque es la única forma
que tengo de recordarte
tal y como eras
antes de que esta tormenta empezase.
Antes de dejar que la marea subiera
y nos llegara hasta el cuello.
Empezara a cubrirnos los talones
y nos llegara hasta el cuello.
Y empezara a empaparnos los besos
y nos llegara hasta el cuello.

Ahora que tengo la marea
dentro de la cabeza,
dentro de la mente.
Ahora que tú tienes los ojos encharcados
de agua salada
que no quiere salir.
Ahora mismo
creo que es la única forma
de recuperarte a ti.

Escucharte en silencio,
recordar lo que fuiste,
lo que eres,
lo que sigues siendo.
Y en ese silencio
mirarme a los ojos
y descubrir
que no hay nada más allá de mí,
más de lo que ves
de lo que tienes,
lo que sientes
cada vez que me abrazas.

Cada vez que me deshaces,
me perturbas,
cada vez que tienes
mi rostro entre tus manos.
Cada vez que consigues sacarme una lágrima
-porque también las sacas-,
cada vez que me sacas una sonrisa
-por que lo haces-,
cada risa, cada mirada.
Cada beso que te doy en silencio,
porque el silencio
es lo que nos atrapa.

Nos mantiene,
nos mantiene a flote,
nos retiene,
nos busca,
nos encuentra,
nos guía.

Cada sonrisa y cada gesto sincero,
cada caricia, cada sueño,
cada deseo, cada miedo.

Todo esto
es lo que prefiero decirte en silencio.

Porque el silencio
es la única forma que tengo
de evocarte
y huir de ti.



2 comentarios:

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