sábado, 8 de agosto de 2015

Luz aural

Ángel de la guarda,
de alas rotas,
de lunas llenas y almas vacías,
pequeño caído,
el menifluo caminar sobre la delgada linea de mis sueños.
Sonámbulo, perdido en mi mente desnuda,
vulnerable, dormida,
Etéreo ángel, destapa mis sueños,
mis íntimos pensamientos dormidos,
incontrolables y auténticos.
Noche no acabes,
dura eternamente,
deja que sus alas rotas acaricien mi pensar,
en la delgada línea entre la oniria y la realidad.
Y dibuja en mis sueños inmarcesibles melodías,
angelicales.
Antes de que la luz aural despierte los instintos dormidos,
arranque la inocencia.
Mientras tanto hazme arrebolar en sueños,
sonreír y llorar aún sin estar despierto.
Y cuándo amanezca me inundará la saudade,
de saber que no más que sueños,
son.

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