viernes, 16 de enero de 2015

La clase

Negra Sombra - Carlos Núñez y Luz Casal
Estaba sentada en la mesa, punteando en su superficie con la tapa del bolígrafo azul. Estaba impaciente, deseosa porque una idea viniera a mí. Y tal era mi impaciencia que hasta mi nerviosismo se acrecentaba a medida que los segundos transcurrían, y transcurrían sin cesar.
Me quedé mirando al infinito durante algún tiempo. Pensando en por qué esperaba que una idea surgiera de la nada; apareciendo, resurgiendo de entre las cenizas de mi existencia, de mi profundo sueño.
Muchas veces pensaba de aquella forma; sobre las ideas, los sueños, la realidad... sobre todo después de haber visto "Origen". Sí, sobre todo después de aquello.
Acabé desistiendo de irme por las ramas y puse los pies en el suelo. Y nunca me sentí más vacía, otro intento fallido de escribir... otro fracaso estrepitoso de mi conciencia.
Me acerqué a la ventana que daba al colegio. Desde hacía varios meses aquel era mi único entretenimiento y la mayor de las inspiraciones.

"Él le sonríe y la mira, profundamente. Una mirada que produce escalofríos, una sensación de calor. Sus ojos centellean cuando encuentran los suyos. Mientras sus manos... sus manos se buscan para tocarse y confundirse con la luz de las sombras. Pero están lejos.
Él la mira, y junto a su mirada, una sonrisa que resplandece. Mientras que ella quiere evitar su contacto.
Ella se sienta y mueve la pierna, nerviosa. Sus palabras parecen vacías en sus ojos, los distinguía bien a través de la ventana.
Están lejos.
El uno y la otra se complementan en la distancia. Atrapados en una red de complicaciones, de vergüenza.
Bailan sus almas en los rincones, se dejan las miradas olvidadas en las esquinas, se pierden al no encontrarse por mucho que se necesiten.
Y eso duele y castiga, porque yo sé cuánto se convienen. Y parece que ellos no lo quieren admitir, ni ver siquiera.
Ahora intercambian una simple mirada. Una fugaz visita a sus interiores. Mientras, caminan aproximándose el uno al otro con el alma, la mirada se prolonga durante un largo y truculento instante.
La profesora se da cuenta. Se acerca a ella y esta se ruboriza. Murmura un arrepentimiento con ironía.
Sabe que no lo siente, mas no le importa.
Lo único que quiere es mirarlo, mirarlo eternamente hasta que sus almas se desgasten.

Pasan los días, uno tras otro. Y sigo viendo miradas robadas y abrazos en el aire. Entre señales y señas, perfume de nervios y de amores.

Transcurre el tiempo y nunca llegan a juntarse. Llegan a rozarse con la punta de los dedos, pero sus labios no son capaces de decirse que se aman.

Entonces llegó el verano, la tan temida estación por ambos. Por los suspiros de ella saliendo de su dulce boca. Por los ojos ladrones que andan buscando un alma."

Ahora suena 'Negra Sombra' en la radio. Casi parece ironía lo mucho que necesito escuchar esta canción en este momento.
Las miradas han cesado en clase,
el bullicio de sus almas ha cedido en su cantar,
Y el torrencial de emociones ha cesado su cauce.
Quién pudiera volver a apreciar aquel instante un poco más.

El amor y las nubes se disipan, en sus miradas no veo más que inquietud.
En la mirada de él veo el olvido, en el pensamiento de ella, la palabra "tú".

De fondo,
"Se cantan es ti que canta,
Se choran es ti que chora
I es o marmurio do río
I es a noite, i es a aurora.
En todo estás e ti es todo
Pra min i en min mesma moras.
Nin me deixarás ti nunca,
Sombra que sempre me asombras."



*"Si cantan eres tú que canta,
Si lloran eres tú que llora,
Y eres el murmullo del río,
Y eres la noche, y eres la aurora.
En todo estás y lo eres todo
Para mí y en mí misma moras.
No me dejarás nunca,
Sombra que siempre me asombras."



2 comentarios:

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