viernes, 26 de diciembre de 2014

Nuestro olvido

Puedo escribir mil versos sobre la luna gris,
me quedo mirando a su hermosa figura,
colgante de la nada,
con un sedal de plata invisible.
Podría hacer rimar palabras para hacerte saber,
que eres la luna que calma mis noches,
que despeja la niebla,

y anida en mis miedos.
Pero no se hacer nada de eso,
no puedo cantarle a la oscuridad mis anhelos,
me conformaré con el brillo de tus ojos,
reposando en mi lecho de amargura.
Puedo llorar como en una alborada,
cuando al llegar la mañana,
tus pasos oigo lejanos, las llaves,
y la puerta que se cierra dejándome en vacío.
Solo entonces, cuando escucho tus tacones,
encaminándose al olvido,
siento el miedo aflorando en mi pecho,
la morriña en el nuevo olor de mis lágrimas.
Me duermo aspirando el de tu pelo,
mientras la luna gris, caprichosa,
nos observa con recelo.
Y acorta cada vez más la noche,
para obligarnos a separar,
y escapa de su lugar en el cielo,
para el día comenzar, el sol salir.
Y nosotros, cada uno en su lecho de lamentos y ignorancia,
respectivamente, yo en mi cama y tu taconeando hacia, respectivamente,
mi dolor y tu libertad, nuestro olvido.


                           

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la forma en que escribes! :)

    PD: Vengo de la iniciativa blogs asociados y ya te sigo :D

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