sábado, 24 de mayo de 2014

Como al principio

-Caminas recto. Barbilla alta. Sonrisa en la cara. Ojos brillantes. Muestras, enseñas lo que te pidan ver. Brillas. Con la luz de un foco ajeno. No puedes definirte porque no hay palabras suficientes para definir cómo te sientes. A decir verdad, no eres nada. Eso es lo peor, darte cuenta de que no eres nada. Y en el vacío que dejas en el mundo porque huyes de ti misma nadie piensa. Quizás es por eso por lo que cada vez que tus manos tiemblan, echas a correr. Quizás es por eso por lo que no eres capaz de sostener tu propia mirada frente a un espejo, por eso no eres quien de llorar a escondidas, te avergüenzas ante ti misma. Es triste, ¿sabes? Muy triste. A decir verdad, tú misma te hundiste.-sonreí con retranca mientras pronunciaba esas palabras, sabía que le iban a doler, sabía que estaba sufriendo. Lo sabía, pero no me importaba lo mucho que pudiera llorar. Quizás en ese momento sí me consideré un alma cruel. ¿Qué podía pasarme? ¿Iba ella a condenarme? No se puede condenar a quien alguna vez llegó a sentir. No hablo de amor, no. Hablo de orgullo, de ansia, de agonía, de tristeza, de apatía, de felicidad, de alegría, de vida, de muerte, de paz, de guerra... de todo. Pero ahora ya da igual. Da igual porque ni siquiera puedo inspirarme viendo sus lágrimas caer. Porque la odio. Te odio y quiero verla morir. No necesito razón alguna. Simplemente lo necesito.
-¿Por qué?-dijo. Suspirando. Uno, dos, tres. Tres segundos antes de soltar una lágrima más.
-Quería verte llorar.
Sabiendo que lo que hacía era la peor de las cosas posibles, se lo dije. Quizás era la rabia que ante ella sentía. Quizás estaba harta de hablar de amor. Quizás me apetecía mostrar el lado oscuro de las cosas. Solo quería dejar que la sangre dejara un momento de fluir. Me entusiasmaba la idea de realizar un canto a la muerte. Ni siquiera lo justifiqué. Odiaba todo en aquel momento. Quería verlo todo caer. Desde el principio al final. No lo hice por considerarlo justo. No lo hice por nada, por nada lo hice. Porque nada hice por no hacerlo y lo hice todo por no hacer nada. Por eso y porque quise odiarte. Me apetecía, me lo pedía el cuerpo a gritos. ¿Qué podía hacer? Lo quise y lo hice.

Después te fuiste. Te fuiste y así me quedé. Me quedé como había empezado. Sola.




2 comentarios:

  1. ¡Hola! ^^

    Lo primero de todo: perdón, no me di cuenta de que eráis dos administradoras :S
    Dicho esto: está muy bien :) Es crudo, pero precioso.
    Espero nuevos relatos.
    ¡Un besazo! ^^

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    Respuestas
    1. No pasa nada, jeje. No te preocupes.
      Muchas gracias por todo.

      ¡Besos!

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