¿Y qué hacer en el momento en que ya no queda nada?
Cuando el tiempo se para,
cuando parece que ha llegado el final de algo que todavía no
has descubierto.
Cuando mires por donde mires no sabes continuar.
Cuando ya no tienes nada que perder,
estás perdido.
¿Y qué tal si en vez de buscar salidas te busco a ti?
Me busco en tus ojos,
y me encuentro mirándote los labios,
acariciando tus pecas;
memorizando tu nombre,
repitiéndolo en mi cabeza de manera constante.
¿Y qué tal si en vez de buscar mi sitio busco tu pecho?
Quiero escucharte latir,
bailar al compás de tu sístole y tu diástole.
Sentir tu aliento,
tu aire,
sentirte a ti.
¿Y qué tal si dejo de escribir y voy corriendo a buscarte?
Aguarda,
ya casi estoy.
Si buscarle a él significa buscarte a ti... entonces no tengo nada en contra. ¡Encantador!
ResponderEliminarA veces tu búsqueda interior es menos amarga agarrada a otra mano...¡Graciasssss!
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