domingo, 15 de febrero de 2015

Lenguaje en sueños

No sé qué me ocurre. Los ojos se me cierran mientras luchan por seguir abiertos. Me estoy quedando dormida, me quedo dormida sin sueño.
Ocurren mil cosas, hay fortuna y deseo, hay tiempo para lo incierto y sombra para la luz. Los segundos que transcurren son meros intentos por respirar.
Hay una caricia en una mano, una mano que no logro entender, se desdibuja, divertida, sobre un fondo blanco, como un trozo de papel. Los trazos que lograron recrear la mano se materializan en mina oscurecida de lápiz. Mis retinas se comienzan a manchar de esa ceniza de creatividad ennegrecida. Oscuridad.
Hay un recuerdo, al fondo de un largo pasillo. En él se adivinan puertas sin llave y sin cerrojo. Pero que nadie es quién de abrir. Pesan como dos trozos de plomo, tanto como la Tierra, tanto como mis ojos al cerrarse. Oscuridad.
Hay una flor, una flor amarilla que crece con la luz de una sonrisa. Esta sonrisa no la puedo identificar. Sé que, alguna vez, fue mía, y que los labios que la enmarcan fueron probados por mi boca. La flor crece y forma un cúmulo de lluvia, que forma un charco en el suelo. Veo reflejado en él mi rostro. Unos ojos brillantes que perdieron la noción de las distancias. Un corazón tapado por el maquillaje con el que se intenta guarecer del agua que cae del cielo. A lo lejos, se percibe un beso.
Toco el suelo, de nuevo. Fría por el mundo en el que me encuentro.
Mi problema no es vivir soñando, mi problema es la realidad en la que despierto.

my rules

No me preocupa nada. Y camino con mi melena al viento. Solo me preocupa poder enlazar los pasos y no caerme.
Mis botas de cuero taconean y me hacen sonreír ligeramente.
Pestañeo sin delicadeza. Agitando mis largas y curvas pestañas embadurnadas en rímel.
Mis articulaciones crujen, no sé si la gente me mira o no. No me importa. Supongo que lo harán, sería dificil no hacerlo.
La falda de cuadros, demasiado corta, se me enreda en las piernas. El viento se cuela acariciando mi piel, tiro de mis calcetines para que no bajen más allá de las rodillas.
Mojo mis labios pintados de oscuro carmín.
No me importa nada. Una lástima para todos aquellos que quieran dañarme. Yo tengo una gran idea sobre qué hacer con sus insultos...
Soy quien quiero ser.
Libre, salvaje.
No creo en absolutamente nada que no pueda ver.
Marco mis propias reglas, soy la única que puede juzgar y apremiar mis éxitos.
Maldito ignorante insufrible el que crea lo contrario.