Te recordé. En tiempos pasados, encendiendo velas de colores en atardeceres tempranos, invernales. Apagando de un soplido esperanzas encendidas.
Elegante como una gacela. Tan divertida como gélida. Tan amigable como dura. Y tan especial.
Entonces te entristeciste.Y en un intento de desaparecer miraste hacia atrás.
Amablemente, una joven de piel tensa, lisa, pálida, ojos apagados, tristes, cansados; me saludó, cogió a su hija por los hombros y se la llevó lejos de allí, no sin antes mirarme; y ahí fue cuando te vi. Supe que habías crecido, que ya no eras esa niña de largas trenzas y alegres pupilas. Sino un adulto como todos los adultos. Triste. Apagado. Sin creatividad...Y ya habías dado vida.
Y me entristecí de repente.
Esta lectura junto con la música que escogiste de fondo parecieron que fueron hechas para estar juntas. Me encantó la entrada, me dio un poco de nostalgia, a veces uno piensa que la vida se va a detener en donde la dejamos.
ResponderEliminarTe sigo :D