Desorientados, perdidos, buscan
su sitio. Sociedades que castigan con el filo de la mirada gélida, la carencia
del cariño y de la importancia de la vida. Y, sin embargo, aguantan a duras
penas el frío de la indiferencia, soportan el peso de la culpabilidad ajena.
Ellos, que se dan cuenta de que
la estupidez aumenta, y nadie lucha sino en vano por erradicarla. La idiotez
incrementa y las lágrimas de impotencia son arrastradas por los mares del
olvido, y se pierden en ellos. Nunca hay mañanas visibles, a estas alturas ya
se pierde la esperanza. Nunca hay persona que quiera despertar para enfrentarse
a la realidad que le toca. Y mientras el mundo huye de sí mismo, avergonzado
por las vidas que se destruyen por salvar orgullo.
La oscuridad nos acecha mientras
ellos están acostumbrados a vivir entre las sombras, ausencia de luz en sus
vidas. Perspectivas que asombran, perfiles que apuntan a la maldad sin darnos
cuenta, mientras ellos viven en los suburbios de los sueños.
Seguimos creyéndonos aptos para
juzgar... pobres inocentes. Ellos pierden su pureza desde que la memoria les
alcanza, aprenden a vivir entre las injusticias y lágrimas... porque no hay
lugar para sonrisas.
Nos pensamos como los dueños de
nuestro destino. Pero hay memorias que todavía recuerdan con dolor cómo sufrían
por conocer sus destinos. Saber que aguantar un día más puede ser la mayor
crueldad y tener que decidir entre abandonarte o abandonar... Y terminar en depresión, indecisión,
inseguridad y roto. Muerto por dentro y sin esperanza.
Pero eso no lo podemos saber.
Ellos sí, porque lo viven. Ellos, los amigos de las sombras. Los fieles amantes
de la noche y de los desgarradores gritos. Su amor es la vida. Su vida, su
dolor. Trágicas víctimas de su propia pasión.
Respiran entre tragedias apasionadas cuando todavía se
sienten capaces de abrir los ojos. Cuando todavía se sienten capaces de soñar.
Pero despiertan para encontrarse el vacío.
Despiertan de la muerte para
morir por dentro. Sueñan en pesadillas para escapar de sus temores. Gritan por
dentro para poder callar su silencio. Viven en la más insólita de las
paradojas. En una metáfora perfecta.
Perfección es la palabra °-°
ResponderEliminarMil gracias.
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