lunes, 12 de junio de 2017

La cama

Hay una orgía de sentimientos
-gimiendo
llorando
gritando-
en mi cama.
Hay manos que parecen acariciarme,
más me aprietan el cuello
como la soga.
Me desgañito gritando socorro-
en silencio-
pero las manos parecen no reparar
en que sus cosquillas
son cuchillas.
Mi cama esta llena de sangre
-de sangre y salitre-
Se transparenta la vena azulada
latiente
en la piel etérea de mis muñecas.
Hay humo
y ceniza
también en mi cama.
Desearía ver arder el colchón.
Me dejo caer en la cama,
mientras las manos
me tocan
me recorren
me arañan la piel-
me siento sucia.
Las manos que me agarran la carne,
reducen todo mi ser
a eso;
a solo carne.
-No importa la vena azulada,
ni el iris verdoso,
ni lo que encarna la mirada.-
No soy nada más allá
de estos muslos
este pecho que las manos recorren,
penetran lo que soy
parecen arrancarme el amor que tengo de cuajo
moldearlo a su gusto
y devolvérmelo
en las formas del dolor
y la crueldad.
Quiero huir de esta cama
que me reduce
a solo carne.
Quiero enterrarme bajo el mar,
-sin convertir mi piel en escamas-
y cuando necesite abrir la boca
para pedir ayuda
medio litro de agua salada
se cuele en mis pulmones
y me axfisie.

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