Sigue siendo un destello,
iluminador de los días más grises. Sigue siendo capa<, su recuerdo, de
pintarme con colores mis momentos tristes.
Pero el sueño del que desperté
fue el último. He decidido empezar una nueva historia. Me cansé de los
pretextos, los prólogos y los capítulos. Me cansé de los epílogos, los
resúmenes y analogías. Se acabó el respirar sin libertad... se acabó. Ese tren
no volverá a pasar.
Sin embargo, las horas muertas
pasan... pasan como si pudieran volver a comenzar. Pero no quiero recordar, ni
siquiera, de dónde vengo. No quiero pensar en las veces en las que dije
"no puedo".
Quiero volverme a encontrar sin
esposas unidas a mi mente. Quiero retocar mi imaginación para hacer de ella
fiel instrumento.
Como si pudiera volar de nuevo.
Como si pudiera vivir mi sueño. Lejos de donde no me esperas simplemente porque
ya no quiero.
Mi alma, mi más dulce odio me
ciega, tanto si mi corazón quisiera como si mi propio ser desgasta... la vida
se da la vuelta y mi última fe descansa.
Si no puedo hablarte, te
siento... si no puedo sentirte, te miro... si tampoco puedo mirarte, te
observo. Y si la vida no me deja observarte, siquiera, te pienso.
La sangre se me hiela cuando tus
temerosos pasos oigo acercarse. No puedo decirte, no puedo admirarte. No puedo
hacer nada por de menos no echarte.
Son los últimos rayos de sol que
con la tarde mueren, la pie me calientan y mantienen, mas, es tan grande la
ilusión que se atrevió a emularte... que ya simplemente confundo tu falta con
la necesidad de poder tocarte.
Tan poco me falta para pode
descubrirte en las profundidades de mi cruel pensamiento... tan poco me queda
que cuando trato de acordarme, te olvido y cuando intento olvidarte, me
acuerdo.
Siguen siendo palabras lo que
escribo, la más pura forma de perder el tiempo... cuando una lágrima cae, brota
sentimiento de mi frío corazón... que tan lejano tu recuerdo quedaba... tan
lejano, creía yo.
Increíble y adictivo.
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