Tiene que estar
de acuerdo
el universo
para explicar la teoría
de atracción
de nuestro campo magnético.
No sé
si es
el efecto
del tiempo sobre imanes
o si somos nosotros
quienes estamos
desgastando nuestros cuerpos.
El cansancio acumulado
dibujando ojeras
con la forma de tu rostro
bajo los cúmulos
de sangre
de mis ojos
en plena tormenta;
interna.
Silenciosa.
Soñolienta.
Viciosa.
Desidienta.
Esperando al momento
para desatarse
en huracanes
y terremotos
de entre las piernas.
Entre las dudas
en mi cabeza
de si podría
vivir sin perderte
o si es mejor desatarte
y hacer arte
tirando de recuerdo.
Y me siembras el vacile
de mis dedos
que no sé si te apuntan
o me apuñalan.
O si tiemblan tanto
que se rompen
y se recomponen
como pueden
para disimular
que no puedo dejar
de pensarte.
Joder.
Por qué tienes que ser
tan difícil.
Si hace un minuto
te fundías
a mi tacto
y nos rendíamos
al instinto.
Si hace un instante
nos separaba la piel
y ahora el miedo
construye kilómetros
entre mis labios
y tu cuello.
Si hace nada
que duramos un segundo
haciéndonos bien.
Parecía una eternidad
tan fugaz como un relámpago.
¿Has oído?
Truenos.
Empieza a llover.
de acuerdo
el universo
para explicar la teoría
de atracción
de nuestro campo magnético.
No sé
si es
el efecto
del tiempo sobre imanes
o si somos nosotros
quienes estamos
desgastando nuestros cuerpos.
El cansancio acumulado
dibujando ojeras
con la forma de tu rostro
bajo los cúmulos
de sangre
de mis ojos
en plena tormenta;
interna.
Silenciosa.
Soñolienta.
Viciosa.
Desidienta.
Esperando al momento
para desatarse
en huracanes
y terremotos
de entre las piernas.
Entre las dudas
en mi cabeza
de si podría
vivir sin perderte
o si es mejor desatarte
y hacer arte
tirando de recuerdo.
Y me siembras el vacile
de mis dedos
que no sé si te apuntan
o me apuñalan.
O si tiemblan tanto
que se rompen
y se recomponen
como pueden
para disimular
que no puedo dejar
de pensarte.
Joder.
Por qué tienes que ser
tan difícil.
Si hace un minuto
te fundías
a mi tacto
y nos rendíamos
al instinto.
Si hace un instante
nos separaba la piel
y ahora el miedo
construye kilómetros
entre mis labios
y tu cuello.
Si hace nada
que duramos un segundo
haciéndonos bien.
Parecía una eternidad
tan fugaz como un relámpago.
¿Has oído?
Truenos.
Empieza a llover.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Y tú, ¿opinas lo mismo que yo? ¿estás en desacuerdo?¿tienes un blog que quieres que visite? ¿te gusta, te disgusta? ¡Comenta y haz brillar mi sonrisa!