Socorro.
Sálvame de la nostalgia,
sálvame de la lluvia
y del olor a invierno
y de los cantos
suaves
del tan
implacable
viento.
Sálvame del abrigo,
y de las gotas
de lluvia
en los cristales.
Sálvame del abrazo,
del yugo frío
de tus dedos
al borde
de
mis
lagrimales.
Sálvame del instinto
del silencio,
de los gritos
y del ruido.
Sálvame de las sábanas,
de las gélidas
trampas
mortales.
Y de nunca
encontrar a nadie
que sepa luchar
contra esta calma.
Sálvame de aquel
que me impida conocerme
y saber muy bien
quién soy yo
por dentro.
Y de no saber
qué hacer,
qué decir
o
cómo
llorar
si te pierdo.
Queremos muchas cosas, pero pocas nos las podemos permitir.
ResponderEliminarEso es.
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